BERLÍN, 2 diciembre 2010 (El Clarín).- Se  trata de Helmut Metzner, ex funcionario del Ministerio de Relaciones  Exteriores. Reconoció haber sido el “topo” que informó a EE.UU. sobre  las actividades del gobierno en Berlín.                                                              Un alemán se convirtió en el primer funcionario desplazado a  raíz del escándalo WikiLeaks. Se trata de Helmut Metzner, quien fue  echado de su cargo en el Ministerio de Relaciones Exteriores tras  reconocer haber sido el "topo" que suministró a Estados Unidos  información reservada sobre el gobierno de Berlín.
Metzner,  de 41 años, se desempeñaba como jefe de oficina del ministro de  Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle. Tras conocerse su rol en el  escándalo, fue revelado de inmediato por las autoridades.
El  vocero del Partido Liberal (FDP), Wulf Oehme, confirmó la salida del  funcionario y aseguró que, de todos modos, nunca se traspasaron  "documentos confidenciales" y que fue la propia embajada de Estados  Unidos la que contactó a Metzner.
Según los documentos, la  embajada de Estados Unidos en Berlín recibía información confidencial  con regularidad de un hombre joven allegado al FDP liderado por  Westerwelle.
El mayor flujo informativo tuvo lugar en el  otoño (boreal) de 2009 y estuvo relacionado con las negociaciones  reservadas para formar, a fines del año pasado, la nueva alianza de  gobierno de centroderecha de la canciller Angela Merkel, formada por  demócratacristianos y socialcristianos y liberales.
En aquel  entonces, Metzner, famoso en su partido por su simpatía y sentido del  humor, dirigía el departamento de "Estrategia y Campaña"
y era responsable de ``contactos internacionales".
Tenía  por ello contacto con casi todas las embajadas en Berlín y realizó su  trabajo tan satisfactoriamente, que Westerwelle decidió nombrarlo jefe  de su oficina.
El recién descubierto "topo", que integraba  desde hace muchos años el FDP, actuó "por propia responsabilidad", según  afirmaron voceros gubernamentales. Y recordaron que la sede diplomática  también tenía contacto con "miembros de otros partidos".
Westerwelle,  también vicecanciller en el gobierno de Angela Merkel, no quiso oír  hablar nunca de que el presunto topo, de cuya existencia se supo al  conocerse esta semana los documentos diplomáticos estadounidenses  divulgados por el portal Wikileaks, perteneciese a su
partido.
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